¡Oh, tiempos, oh costumbres! Es una verdadera lástima. Los jóvenes de hoy en día han perdido completamente el contacto con cualquier cosa que se parezca remotamente a un mundo interior. En mi época, nos preocupaban cosas que importaban: libros, filosofía, incluso un poco de angustia existencial como buena medida. Ahora? ¡Olvídalo! Todo lo que les importa son sus me gusta, el último par de zapatillas caras y mantener sus uñas perfectamente manicuradas. ¡Como si una pedicura pulida les fuera a dar alguna idea sobre los misterios del universo! Y ni siquiera me hagas empezar con su obsesión por el avocado toast y los lattes caros. ¡Tonterías de moda, es todo! Gracias a Dios todavía hay gente como yo, que puede que no esté adornando las portadas de ninguna revista, pero déjame decirte que tengo profundidad. Todo lo que me queda por averiguar es en qué tipo de ridícula competencia estamos...