Los hongos son una cosa ambigua. Para algunos, son una comida completa, para otros es solo un condimento, y para otros son imposibles de comer. Pero este papi es de los primeros. Adora los hongos y por eso ya estaba listo para cancelar un viaje muy esperado al campo. Afortunadamente su entusiasmo era compartido por la nueva novia de su hijo. Tanto asi que la busqueda de hongos se convirtio en un un maravilloso coito digno de ser mencionado en los anales de los antiguos romanos, o tal vez en los libros de botanica de la Inglaterra Victoriana...